El Gobierno intervino contundentemente para dar salida a las solicitudes de asilo de ciudadanos marroquíes registradas durante los primeros días de junio. Un total de 19 peticiones de asilo de ciudadanos marroquíes que ingresaron en Ceuta entre el 17 y 18 de mayo fueron rechazadas. Muchos de ellos, sirviéndose de la crisis diplomática que inició Marruecos con España por la presencia en el país del líder del Frente Polisario Brahim Ghali.
Conscientes del conflicto y ante el temor de que se agudice la crisis, la Oficina de Asilo y Refugio del Ministerio de Interior tramitó las peticiones de asilo. Precisamente, la Comisión Interministerial de Asilo y Refugio (CIAR), en la que tienen participación diferentes ministerios, es quien ha resuelto los primeros expedientes. Negando las respetivas peticiones.
¿Qué sigue ahora?
Tras manifestar el rechazo, lo que sigue es expulsar inmediatamente a los migrantes. Este es un proceso que inicia con la manifestación de voluntad de asilo y hasta el momento un total de 109 se han formalizado. De las cuales 19 se han impugnado por no cumplir con los requisitos exigidos por la ley.
De igual forma, se conoció que durante esta semana han retornado a su país alrededor de un centenar de marroquíes desde Ceuta. Muchos de ellos con expedientes de expulsión. Con esta medida la ciudad está retomando su normalidad tras la turbulencia que originó la apertura de fronteras por parte de Rabat.
El trabajo realizado por la CIAR es muy significativo tomando en cuenta la cantidad de solicitudes que se registraron a principios de mes. Desde entonces, las peticiones de asilo de ciudadanos marroquíes que ingresaron ilegalmente por la frontera de Ceuta, se elevó a más de 300 personas en la zona.
Cabe destacar, que este repunte de peticiones, muchas de ellas ejecutadas por el efecto llamado, casi colapsan las oficinas. En parte, porque el personal no daba a basto para atender la demanda de solicitudes de asilo. Por tal razón, la Oficina de Asilo y Refugio abordó los expedientes con celeridad.
Para la Oficina de Asilo y Refugio del Ministerio de Interior era esencial dar salida a estos expedientes ya que cuando una persona pide asilo y al cabo de un mes no recibe respuesta, ese silencio administrativo puede, de alguna forma, facultar al migrante para moverse libremente por el territorio nacional.
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